La calidad de los discursos no ha resonado en el imaginario social. No existe prensa que mejore sus discursos, únicamente los medios se dedican a informar o replicar los hechos y no necesariamente crear diálogos que construyan una sociedad desarrollada.
En CDMX Elena Garro relataba las publicaciones de los nacientes académicos de la época de oro mexicana, el detalle que la población creció pero no en conjunto con su educación. Necesitamos generar cultura en pro de nuestro desarrollo social fomentando el discurso sobre lo que pasa con la inversión a la educación hidalguense.
Que exista un diálogo entre autoridades de los diferentes órdenes para hacer frente al cambió de mejoramiento de las vidas de la población hidalguense o solo se quede un individualismo exacerbado.
Imperando así las costumbres neoliberales de privilegiar a agrupaciones. Se debe incorporar al imaginario social la idea de generación de empleo e inversión de empresas o asociaciones internacionales que apoyen al desarrollo social.
¿Cuántas empresas trabajan para el desarrollo sostenible de nuestro entorno?
Mejorando la salud, la educación, el empleo y las relaciones comerciales?
¿Que tal iremos en la agenda 2030?
El diálogo entre política y academia debe aumentar para la disminución de los indicadores de pobreza y marginacion hacía los grupos con alguna vulnerabilidad.
La creación de ejércitos juveniles a través de la educación para que busquen oportunidades en estas agrupaciones ONG o políticos con la visión de desarrollo que aporten a programas y políticas de acción.
